TRES MUJERES

Para María Mercedes Carranza, la malograda poeta que fundara la Casa Silva e intentara, mediante el recurso de los actos públicos, construir un discurso crítico contra nuestra realidad profana, hablar de poesía femenina era del todo baladí, pues, según ella, el arte supremo de la palabra  no permite una división rotunda entre los sexos, y solamente la calidez, la profundidad, la bella lucidez exasperada o la cabal comprensión del absurdo encarnado en el proyecto humano, son  medidas legítimas para reconocer a los grandes cultores del género. Sin embargo, nosotros opinamos distinto y, para nuestra fortuna, reconocemos  matices específicos, del todo encantadores, en los versos que brotan de las manos y la imaginación de las mujeres.
Por eso en esta edición hemos querido reunir piezas de tres jóvenes, y además hermosas, autoras nacionales, dueñas de una obra que bien merece la pena, y que ya ha sido reconocida, fatigada y premiada en Colombia y en muchos otros lugares del mundo. Sus  vidas apasionadas, su inteligencia sensual y su feliz inscripción en el mapa de la actual literatura nos deparan, sin duda, algunas tardes felices y una que otra noche de esperanza inexplicable.