Cartas de los lectores No 154

ES NARDA UNA MINIFICCIÓN. Me haces reír, Narda, pero ante un texto así, salido de tu autodeclarada concupiscencia, no me queda más que hacerme oír. Cada vez que abro mi correo y encuentro que Con-fabulación tiene un texto tuyo, lo leo, para reírme y para sentir una pequeña erección. Y, como me considero amante de las letras, supongo que para demostrarte que sí, que los escritores sí sabemos coger de lo lindo y como dios manda, pues supongo que te gustaría ver cómo, dónde y cuándo. El problema es que los argumentos semánticos se agotan pronto, tu voluptuosidad huele a moho y, justamente allí donde tú deberías colgar algunas fotografías para que yo sepa que no eres una minificción. Recuerdo esa escena en que Miller golpea con su verga la puerta de la habitación donde la Mona lo espera. Y, sí, me gustaría golpear con mi verga esta pantalla, pero creo que ni aún así lograría arrancarte una de esas risitas a que me tienes acostumbrado. Saludos desde México, Mario Eraso, poeta colombiano residente en México
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JUSTICIA EN LOS PREMIOS. Confabulados y confabuladores: A propósito de la polémica reciente sobre los premios nacionales convocados por el Ministerio y la Fundación Alzate Avendaño, y con ocasión de la polémica que publicaron en el No. 153, quiero agregar algo que es importante y para que dichas entidades tomen nota:
1. No deben convocar premios con seudónimo y documento de identidad en portada, pues esto se presta para saber por el número de cédula si el concursante es hombre o mujer, lo cual ya le quita la legitimidad a la convocatoria con seudónimo.
2. No deben repetir jurados pues sabemos que ellos tienen muchos amigos y se pagan los favores con los premios o muchos escritores que suscitan animadversión y quedan de una vez excluidos de toda posibilidad de una premiación imparcial.
3. No debe existir pre-selección. Esto implica que obras de calidad puedan terminar en la caneca de la basura, por inexperiencia (desconocimiento) de los pre-seleccionadores. Si el jurado elegido recibe unos buenos honorarios por su trabajo, lo obvio es que dedique buen tiempo a esas lecturas y se dé un fallo más justo sobre una obra de muy buena calidad sin atacar una tradición literaria. El acta que leí en la página del Ministerio, deja mucho que desear de un jurado que compuesto por escritores, comete más de cinco errores en tres párrafos. Francisco Ardila, concursante nunca premiado
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ERRORES DE LOS PREMIOS: Equivocaron la razón de los jurados para premiar al libro ganador del Premio Nacional de Poesía, con la esgrimida para justificar la Primera Mención, otorgada al poeta Eduardo Gutiérrez; sin embargo en la no publicada en Con-Fabulación, también los consagrados y excelsos poetas que emitieron el veredicto cometieron errores, pues en el acta se lee lo siguiente: “Como las catedrales (de Martha Carolina Dávila) es un libro con una voz poética indudable, que establece un diálogo con la tradición, proponiendo a la poesía como viaje y el viaje (debe decirse al viaje) como motivo del poema. Su lenguaje tiene una gran fuerza expresiva, el cual está articulado con la vida (increíble relación, pues si posee fuerza expresiva es evidente), logrando establecer un puente de cercanía con el lector. Sorprende la construcción de sus imágenes y la elegancia de su expresión (ya habían hablado de fuerza expresiva dos líneas antes), pues su tono, situado entre lo lírico y lo coloquial (extraña acotación), consigue una voz cálida”. Saludos, Luis Aurelio Sánchez,  (La negrilla es mía)
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