El jueves 25 de febrero a las 7 p.m. en la biblioteca del Gimnasio Moderno de Bogotá (Cra 9 No. 74–99) se presentarán los poemarios Los materiales humanos del venezolano Leonardo Padrón, Navíos de Caronte de Carlos Fajardo Fajardo, Objetos que nos miran de Olga Malaver y Cicatriz Souvenir de Juan Sebastián Gaviria.
Se ofrecerá una copa de Vino en homenaje a la palabra insumisa de la poesía.
Esperamos a todos los con-fabulados. Entrada libre
Leonardo Padrón: “Los materiales humanos”
(Caracas, Venezuela, 1959). Poeta, ensayista, guionista de cine y televisión, cronista, editor. Ha publicado los poemarios La orilla encendida (1983), Balada (1993), Tatuaje (2000), Boulevard (2002), El amor tóxico (2005); así como Crónicas de la vigilia (ensayo, 1990), Manuela Sáenz (guión cinematográfico, 2001) y Los imposibles 1/ conversaciones al borde de un micrófono (2006), Los imposibles 2 (2007) y Los imposibles 3 (2008). Ha sido Premio de Poesía UCAB, Premio Fundarte de Ensayo, Premio Municipal de Cine, Premio de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos y Premio Fundavisual Latina. Fue miembro de Guaire, grupo literario de decisiva influencia en la década de los ochenta en la literatura venezolana. Ha sido director de varios talleres literarios y articulista de los principales periódicos y revistas culturales del país y su obra se encuentra vertida a varios idiomas. Dirigió la colección “Llámalo amor, si quieres”, del sello Aguilar.
Padrón catalogado como uno de los escritores más exitosos de la televisión venezolana, con más de 25 premios en su haber, fue creador de Los imposibles, programa de entrevistas a personajes internacionales, una experiencia radial que devino en aventura editorial convirtiéndose en el libro venezolano (tres volúmenes) más vendido por la Editorial Santillana en los últimos años;. Los materiales humanos antología de autor, es el título publicado por la colección internacional de literatura Los Conjurados.
DE LA SUPERVIVENCIA
Poner algo de lluvia en un vaso.
Esperar dos o tres minutos que se asiente la arenilla
de las nubes.
Luego ingerir, a tragos largos, siempre antes de dormir.
Reunir el mayor silencio posible en un recipiente
de aluminio.
Dejarlo secar, al sereno, tenazmente.
En caso de ausencia, colocar su equivalente:
una metáfora.
Hacer de la noche un fervor, una religión, un aullido.
Todas ellas, instrucciones al dorso:
Para que aparezca, para que seas,
descalza como un incendio.
Carlos Fajardo Fajardo: “Navíos de Caronte”
(Santiago de Cali, Colombia, 1957). Filósofo, Magíster y Doctor en Literatura de la UNED, España. Profesor universitario. Cofundador de la Corporación “Si Mañana Despierto”, dedicada a la investigación y creación artística y literaria. Autor de los poemarios: Origen de silencios (1981), Serenidad sitiada (1990), Veraneras, (1995), Atlas de callejerías (1997) y Tierra de sol (2003). Entre sus libros de ensayos se encuentran: Estética y posmodernidad (2001), Estética y sensibilidades posmodernas (2005), la obra colectiva Real/Virtual en la estética y teoría de las artes (Paidós, Barcelona, 2006), y múltiples ensayos en revistas especializadas nacionales e internacionales. Su poesía figura en varias antologías. Poemas y ensayos suyos han sido traducidos al inglés, italiano, francés, serbio y portugués. Ganador del premio de poesía Antonio Llanos (1991); segundo premio en el Concurso Nacional de Poesía ICFES (1984); Mención de Honor en el Premio Jorge Isaacs (1996 y 1997); Mención de Honor Premio Ciudad de Bogotá (1994), y premio de poesía Jorge Isaacs (2003). Navíos de Caronte, es su poemario editado por la colección Los Conjurados.
1.
Hemos partido de nuestra tierra de sol
para ver este paisaje de chopos y de encinas
y una ciudad entre un valle de olivares.
No hemos encontrado paraíso alguno
sino cuartos oscuros, calcinados.
Aquí se ha detenido nuestra vida.
No hay otro cielo
ni promesas azules de muchachas.
Sólo este otoño que de prisa pasa
Juan Sebastián Gaviria: “Cicatriz Souvenir”
(Bogotá, Colombia, 1980). Viajero y Poeta. Autor de Inti Manic (2004), Música mecánica (2006) y Cicatriz Souvenir (2009). Su obra abarca poemas escritos durante un viaje de cuatro años por Suramérica y su trayecto en motocicleta (Bogotá- Alaska, Alaska- Bogotá), así como escritos realizados durante temporadas de cautiverio. Actualmente acaba de regresar de un viaje de diez meses realizado entre Bogotá y La Patagonia. Prepara un libro de sus crónicas de errancia.
POTRO ALISIO
Le fui infiel a todos los venenos,
ninguno volverá a adoptarme,
prometí morir con una mano en tu entrepierna
y la otra en el volante.
Le fui infiel a todas las doctrinas y ninguna
quiere ser mi excusa.
Clasifico los incendios de uno a diez
como un invierno eligiendo
uno de los dedos de tus pies.
Mi sed cabalga un Potro Alisio hacia tu seda,
una casa sin puerta es mi filosofía,
una puerta sin casa es mi poesía,
y todo lo que espero es que la ventana
en la que el pájaro ataca su propio reflejo
se rompa a tiempo.
Olga Malaver: “Objetos que nos miran”
Nació en Armenia (Colombia), permaneció en Chile (1971-72) y actualmente reside en Villavicencio con domicilio alterno en Bogotá. Doctora en Derecho egresada de la Universidad Externado de Colombia. Ha publicado: El mismo poema (Editorial Lucía Muelle, 1998), Esa sustancia tenue (Editorial Magisterio, Colección de Poesía Piedra de Sol, 2001), Mudanza a sentidos nuevos (Editorial Magisterio, Colección de Poesía Piedra de Sol, 2003), He perseguido mis ojos (Editorial Entreletras Colección de Poesía, 2005) y Entredosluces - Sombras y Cristales (Tercer Mundo Editores, 2007).
Ha participado en el Festival Internacional de Poesía de Medellín (2001), en el Festival Internacional de Escritores de Bogotá (2002 y 2003) y en el de Casa de Poesía Silva “Alzados en Almas”. Objetos que nos miran, de reciente aparición, pertenece a la colección Los Conjurados.
LA BALANZA
Declina la tarde
intuyo que el cielo y la tierra van a copular
como en los tiempos primitivos
la cabeza se desnuda
se hace vivaz como la red del pescador
en un banco de salmones
para descansar
me acomodo en la silla del balcón
una balanza de cobre
calibrada por resortes
forjada a mano
cuelga del techo
su platón luce remendado
tal vez su magnitud
fue usada en demasía
Animados por nuestra intimidad
los matices dan vida a la imagen
entonces
surge la balanza de oro
dando paso a la justicia
Expectante asumo su presencia
cuando en ella se pesa
el corazón del hombre
los astrónomos
unifican su reflejo espacio adentro
en el cielo la balanza está signada
en la constelación de Libra
y en la tierra en la columna vertebral
del ser humano
cuentan que desde hace siete mil años
el hombre pesa materias y sustancias
para buscar un estado de equilibrio
en el acontecimiento de dar y recibir
la balanza evita confusiones
en el dormir
en el comer
en el trabajar
en el sufrir
en el amar
en el recordar ese destello
que nos aleja de los otros animales
si se pone lo justo
desde el altiplano desnudo
vislumbro la llanura que se curva con el cielo
extiendo de nuevo mi presencia
y soy balanza
abriendo mis extremos
hacia los cuatro puntos cardinales.