Palabras de Armando Rojas Guardia*

En la inauguración de la Subasta de obras de arte convocada en su ayuda

Un día de agosto de 1941 Simone Weil escribió: “La capacidad de prestar atención a un desdichado es cosa muy rara, muy difícil; es casi –o sin casi– un milagro. Casi todos los que creen tener esta capacidad, en realidad no la tienen”.

Sabemos la profunda pregnancia conceptual que poseen las palabras “desdicha” y “desdichado” en los textos de Simone Weil. A los fines de lo que me propongo decir en estas breves líneas, basta afirmar que “desdichado” es todo aquel que, por el solo hecho de sufrir de una u otra forma, me necesita. Para prestar atención a la interpelación moral que significa la existencia del hombre o la mujer que me necesitan, requiero vencer y superar la cuádruple tentación entrópica de la indiferencia, la apatía, la inercia y la comodidad dentro de una movilización psíquica y espiritual que empieza precisamente por la capacidad de estar atento al sufrimiento ajeno y culmina en el gesto –a menudo sacrificial, porque cuesta esfuerzo– de la solidaridad.

Esta subasta, y los eventos que la acompañan, son un auténtico milagro de la atención y la solidaridad. En un contexto histórico desgarradoramente difícil, repleto de problemas y penurias, este milagro debe ser calibrado sintomatológicamente; porque señala que todavía existen entre nosotros reservas intactas de generosidad y que mucha gente, atendiendo a un simple reclamo de la necesidad del otro, está dispuesta a apostar, material y simbólicamente por lo que ésta atención significa como resistencia espiritual ante la crisis.

Yo nada tengo, ni en palabras ni en gestos, que pueda dar cuenta de la magnitud de mi agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible el milagro.

A propósito de esta deuda perenne de gratitud, deseo terminar repitiéndome una frase que me ha venido a la memoria durante todos estos días y que parece redactada para ser dicha, pasito y lentamente, en algunos de los más significativos momentos de la propia vida. Es de un relativamente oscuro escritor francés del siglo XVIII: Philippe de Saint-Martín. Dice así: “Estoy seguro que hay seres a través de los cuales Dios me ha amado”.

*Poeta y ensayista venezolano fundador del Grupo Tráfico. Una de las voces más vigorosas e ineludibles de la poesía venezolana.