En tierras de Herta Müller

La academia sueca, cuyas decisiones anuales son tan controvertidas como ineludibles, y a la que acostumbran hacer “lobby” las grandes luminarias de la literatura del mundo, favoreció en 2009 a la escritora rumana Herta Müller con el premio Nobel de literatura, lanzándola a un súbito estrellato, que pone ahora sus libros en las listas de los más vendidos por las prestigiosas librerías. Y, como siempre, aparece una horda de seguidores, adeptos y estudiosos de sus creaciones, que hasta hace unos meses ni siquiera la conocían. De todas maneras, se trata de un reconocimiento a una autora que, más allá de los méritos estéticos, poéticos y ficcionales, ha librado una constante batalla a favor de los desposeídos y excluidos de su nación, especialmente la población rumana de ascendencia germana. Nacida en 1953 en Nitzydorf, descendiente de suabos emigrados a Rumania, Müller sufrió las cruentas persecuciones de los regímenes totalitarios, y el gobierno del aborrecible Ceausecu que prohibió la circulación de sus libros, lo que precipitó su exilio a Alemania. Sus obras traducidas al castellano son La bestia del corazón, El hombre es un gran faisán, La piel del zorro y En tierras bajas. El premio Nobel de literatura ha recaído en los últimos tiempos en varias mujeres, entre ellas Nadime Gordimer, Elfriede Jelynek y Doris Lessing. La siguiente pieza fue traducida exclusivamente para Con-fabulación por el poeta bogotano Hellman Pardo.


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LA LÁGRIMA

Amelia salió del patio. Comenzó a andar por la hierba llevando una pequeña caja en la mano. La olió. Windisch vio la falda de Amelia proyectar su sombra sobre el forraje. Sus muslos eran blancos. Windisch vio que Amelia mecía las caderas.

La caja estaba enlazada con una cinta plateada. Amelia se miró en un espejo. Buscó en él la cinta y haló de ella. “La caja estaba en su sombrero”, dijo.

En el interior crujió un papel de seda blanco. Sobre el papel había una lágrima de cristal, y tenía un orificio en la punta, así como una ranura en su interior. Bajo la lágrima había una hojita de papel. Rudi había escrito en ella: “La lágrima está vacía. Llénala de agua, agua de lluvia, si es posible”.

Amelia no lograba llenar la lágrima. Era verano, todo el pueblo se había quedado seco, estéril, y el agua del estanque no era agua de lluvia. Amelia acercó la lágrima a la luz de una ventana. Por fuera era sólida, pero por dentro, a través de la ranura, se estremecía.

El cielo ardió siete días hasta vaciar el mundo por completo. Se desplazó hasta el final del pueblo. En el valle, el cielo miró hacia el río. Bebió toda el agua posible, y volvió a llover.

En el patio el agua se precipitaba sobre las piedras. Amelia se detuvo con la lágrima mirando hacia la canaleja. La lluvia iba colmando el vientre de la lágrima.

En el agua de la lluvia también había un retazo de viento. Un viento que impulsaba campanas de cristal por entre los árboles. Se escuchaban lóbregas, en cuyo interior se agitaban remolinos de hojas. La lluvia cantaba. Parecía tener arena en su voz, y cortezas de árbol.

La lágrima se llenó. Amelia la llevó a su habitación con las manos mojadas y los pies descalzos saturados de arena.

El agua resplandecía en el interior de la lágrima. Una luz fulguró dentro del cristal. El agua de la lágrima goteaba entre los dedos de Amelia.

Windisch extendió la mano. Cogió la lágrima. El agua comenzó a empapar su codo. Amelia se lamió los dedos con la punta de la lengua. Windisch la vio humedecerse los dedos en aquella noche tempestuosa. Miró la lluvia afuera. Sintió la oleada de agua en su boca. El nudo del vómito le oprimió la garganta. Windisch puso la lágrima sobre la mano de Amelia. La lágrima goteaba, y el nivel del agua en su vientre no cedía. “Es agua salada. Te calcina en los labios”, dijo Amelia.

Esta vez, Amelia se lamió la muñeca. “La lluvia es dulce”, dijo, “La sal viene del llanto de la lágrima”.


*El relato Der Träne, traducido especialmente para Con-fabulación del libro Der Mensch ist ein großer Fasan auf der Welt. Editorial Hanser, Primera edición, 1995, Berlín, Deutchland.